Godall confirma un secreto a voces, Villar ayudaba a Laporta

No paran de salir estos días declaraciones desde Barcelona (no desde la caverna españolista que quede bien claro) criticando que los arbitros este año no les ayudan. Uno se acostumbra a esos empujoncitos en forma de penati o de expulsión de algún rival, y claro, los partidos son más complicados aunque seas el mejor equipo de toda la historia mundial y de parte de la otra galaxia.

Hoy ha salido el ex vicepresidente de los culerdos en la época de Laporta, Alfons Godall para decir que con la anterior directiva "los arbitros nos trataban mejor".
Toma.
Ahora que salga diciendo que se han malinterpretado sus declaraciones y que tapen desde ese pequeño pais de ahí arriba lo que quieran pero este tipo ha dicho lo que era un secreto a voces. El apoyo de Florentino a Gerardo gonzalez en su día le pasó factura respecto a los culerdos que apoyaron a Villar.
Esto es el tipo de fútbol que tenemos en España, depende de a quien apoyes tendrás favores o no. Y quiero decir que no creo que este año los arbitros hayan favorecido a unos o a otros, creo que simplemente son malísimos y por otro lado, disfruto mucho de ver como lloran los que nunca hablaban de los arbitros.
Guardiola el otro día diciendo que la Copa de Europa es una competición limpia es el colmo del cinismo, sobre todo estando reciente lo de Ovrebo y los tres penaltis obviados en Londres (eso es limpieza Pep), y mas reciente la expulsión de Pepe sin tocar un ápice al nominado al mejor piscinero del año, Dani Alves.

Os dejo un artículo de Jose Alcaide (elmundo.es), donde nunca deja indiferente a nadie:

El fútbol sigue siendo la más importante de las cosas menos importantes. Y en ocasiones puede convertirse en una pequeña obra de arte, en una llamada a la belleza, a la estética del trabajo bien hecho, creado con dedicación, mimo y estilo. Estos últimos días han servido para reivindicar el juego como pasión, como arte en movimiento, como dinámica de lo impensado que diría el argentino Dante Panzeri. Tres partidos de competiciones europeas y uno de Liga quedaron grabados a fuego como monumento al deporte por distintas razones. El 3-0 del Arsenal al Milán, romántica y estéril gesta del equipo de Wenger. El espectacular 7-1 del Barça al Leverkusen con un estratosférico Messi capaz de derribar las puertas de la historia con cinco goles. El inolvidable 2-3 del Athletic en Old Trafford, un zarpazo de los jóvenes leones en el santuario del Manchester, un sacrilegio que debería ser repetido por las televisiones durante días para comprobar cómo se puede jugar bien al fútbol desde una idea definida. Y antes de todo eso, el disfrute de una demostración de poder del Real Madrid ante el Espanyol con un 5-0 que también tuvo mucho de enseñanza por la combinación de talento y esfuerzo que derramaron los jugadores de Mourinho.

Eso es el fútbol, su aspectó más básico y a la vez más grandioso. Once contra once y miles de ojos expectantes en el campo, millones en la aldea global. Pero por desgracia, en torno al juego se van desarrollando agentes patógenos que minan la salud y ponen en duda muchas de las convicciones de los aficionados. El Barcelona, que vive los mejores años de su historia, es ejemplo de esta doble cara del deporte. La declaración de guerra civil lanzada por el ex presidente, Joan Laporta, a Sandro Rosell, ha servido para descubrir turbios manejos que venían siendo denunciados por voces que ya no claman en el desierto y que ponen en cuarentena las convicciones de muchos poetas y cantores de gesta del equipo de Guardiola. 'Hablemos sólo de fútbol', decían. 'No manchemos la pelota', insistían los eruditos a la violeta que nó atendían a los entresijos fabricados entre candilejas y permitidos por el sistema.

'Laporta cultivó muy a fondo las buenas relaciones con la Federación y creo que eso nos ayudó. Teníamos que estar al lado de las entidades en las que se ejerce el poder y no darles la espalda. Lo tenía clarísimo. Insisto, teníamos que estar al lado de las entidades en las que se ejerce el poder. Ahora eso no se cuida. Florentino apoyó en unas elecciones federativas a Gerardo González. Nosotros, a Villar. Sin ninguna duda, el descuidar estos relaciones puede perjudicar al Barça a nivel de arbitraje'. Quien firma estas espeluznantes declaraciones es Alfons Godall, ex vicepresidente azulgrana, a La Sexta. Impresionantes y tristes palabras para todos los que aman el fútbol sin trampa ni cartón. Supongo que también para todos esos defensores de lo azulgrana que situaban al Barça en un plano de igualdad con Gandhi o la Madre Teresa de Calcuta. No, era el propio Barça el que embarraba, el que buscaba ventaja en el otro fútbol, el de moquetas y despachos. Claro que ese equipo es muy bueno. Pero siempre contó con un empujón de apoyo antes de llegar a la meta. No lo dice la caverna madridista. Lo dicen los constructores de la vergüenza. Según ex dirigentes del Barça, para ganar no basta con Pep o Messi. Qué asco.