Suscribo todo los dicho en el artículo de hoy de Julian Ruiz, publicado en elmundo.com.
Los huevos de Mou al dejar a Casillas en
el banquillo se los frieron con patatas a lo Lucio, el
corralito de los 'campeones' del mundo. Con Sergio Ramos como
líder en el campo, seguido por Arbeloa, Xabi Alonso y Di
María, los "listos" del clan del campeón del mundo. Justo los
mismos a los que tuvieron que quitar los huevos de Mou, porque estaba harto de
ellos.
Sergio Ramos hizo todo lo que pudo para que le sacaran las dos tarjetas y
la roja definitiva. Xabi Alonso era una máquina de generar juego para el Málaga.
Di María es falso hasta cuando puede meter un gol y lo desperdicia. Y,
finalmente, Arbeloa está tan malo que hasta Callejón, cojo, supera
la nota. Los jugadores ya tiene a Mourinho metido en la cazuela hirviente, como
vulgares caníbales.
¿Panorama? Panorama
para matar a Mourinho, como en la película de James Bond. Todo es como un
sainete de los Quintero, desplazado a Málaga. Un equipo como el Málaga, que es
una entelequia, intervenido por la UEFA, con un jeque que no es jeque ni es
nada porque encima no suelta un dirham. Como si fuera una increíble pesadilla,
un robo sentimental para los pobres malagueños, con un ingeniero de técnico que
es un desastre, con un equipo mal colocado, horrible físicamente, con una panda
de jugadores viejos. Que tuvo más suerte que un torero al aprovechar el golpe
de estado en el equipo blanco. En fín, algo tan esperpéntico como grotesco. El
teatro de lo absurdo.
Es el Real Madrid de un blando Florentino Pérez el que ha
provocado las histeria del equipo. Pero es ley de vida en ese club. Santiago
Bernabéu no pudo con Di Stéfano, que echaba a los
entrenadores que no le caían bien y Bernabéu tuvo que echarlo. Con el poder,
con el talante de Muñoz, pasaron años de bonanza, pero luego llegó Hierro,
que se cargaba lo que quería. Lo tuvo que echar Florentino, pero no sabía que
caía como rehén de un nuevo cacique fáctico del vestuario. Era Raúl.
Mourinho lo sabía y obligó a Pérez a que lo mandara a Alemania. Pero lo que no
podían ni intuir, ni pensar, es que Raúl dejaba descendiente como rey del
vestuario. Ya había ejercido de virrey. Naturalmente, el nuevo cacique, era el
nuevo dictador en el vestuario: Casillas. Mou tiene muchos huevos, pero se lo
van a comer, posiblemente, con patatas. Aunque me gusta de Mourinho que
prefiera morir matando, no de rodillas como Del Bosque.
Pero es que lo que
quiere la "santa inquisición" de los periodistas, los jugadores como
cómplices, no lo quiere la mayoría de los madridistas. No quieren ver a
Mourinho como hombre muerto. Y eso sí que es un grave problema. Una crisis de
estado. Los madridistas ya han vivido muchos años de penuria cuando han puesto
un técnico títere en mano de los jugadores
La "santa
inquisición" ya le dio la extremaunción, pero ahora ya es un sacrílego: ha
quitado a Casillas. Anatema, excomunión. La excusa perfecta para llevarlo a la
hoguera. Son auténticas fieras ante su presa herida. Florentino Pérez, como el César
Tiberio, echará a Mourinho a los leones, en el circo madridista, pero lo
que no debe sospechar es que luego, como aCalígula, le puede matar su
supuesta propia guardia pretoriana, con la que se cree protegido, con Casillas
y Sergio Ramos, indigentes futbolísticos de primer orden. El Madrid acabará
irremediablemente como otra república bananera, al estilo de Ramón
Calderón. La "santa inquisición" siempre necesita pecadores para
la hoguera.